La Semana Santa de Sevilla , tópicos, poesía, prosa y estereotipos aparte, es la fiesta que más me gusta por lo que representa y por lo que sentimos. Últimamente, también me produce el estímulo de imborrables recuerdos de momentos pasados. Desde muy pequeño estuve vinculado a la Hermandad de mi barrio de San Julián : La Hiniesta . Cofradía de amplia raigambre y muy popular entre el vecindario. Mis recuerdos infantiles del Domingo de Ramos son de misa de palmas y ramas de olivo, de nazareno de Virgen, de raso azul y capa blanca, de olor a pan frito con vino y miel. Aún puedo sentir los nervios, mariposas en la barriga, cuando caminaba hacia la parroquia por la calle Duque Cornejo . Todavía siento el sudor de la primavera sevillana bajo un capirote acostumbrado a tan larga estación de penitencia. Un paseo hacia la eternidad que recorre esas calles también de sonoro nomenclator sevillano: Macarena , Fray Diego de Cádiz (vulgo Rubio), Pumarejo , Relator , Alameda , Trajano , Doña María C